Mundo En Las Próximas Décadas : Cambios Económicos Y Políticos Trascen

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Autor

Editorial

ISBN

9788491487005

EAN

Hay existencias

A partir del reparto demográfico actual, con el 84% de la población mundial viviendo en Países de Ingreso Medio y Bajo (PIMB), de las actuales tendencias económicas convergentes entre (PIMB) y Países de Alto Ingreso (PAI) –favorables a los PIMB en el periodo 1990-2016– podría deducirse que, cuando ese proceso convergente haya progresado suficientemente –quizá en unas tres décadas más– un gran cambio político le seguirá, induciendo reorganizaciones políticas internas y externas. Esto quiere decir que, cuando el PIB de China (medido a tipos de cambio) rebase al de EE.UU., y el de India sobrepase sobradamente a los de Francia y el RU, mientras los PIB de estos últimos decaigan significativamente en su importancia (relativa) global, la deficiente gobernación global y las instituciones globales del mundo tendrán que reorganizarse y adaptarse al cambio económico ocurrido. Si, contrariamente, no se realizaran tales cambios, esas instituciones multilaterales se degradarán, entrarán en procesos de bifurcación, o simplemente desaparecerán al no representar ya a las mayorías demográficas, económicas y políticas del momento, como ocurrió con la Sociedad de Naciones –comandada básicamente por Francia y el RU, países ganadores de la Primera Guerra Mundial– en la primera mitad del siglo XX. Aún más, en la medida en que, racionalmente, y en función de las necesidades globales sentidas, hoy ya acuciantes –cambio climático, inseguridad humana, gap económico internacional de rentas per cápita, ausencia de regulaciones económicas globales indispensables, etc.– una gobernación global mucho más eficiente que la actual obtenga el respaldo de una mayoría progresivamente creciente de la Sociedad Global, la aparición de una nueva ONU democrática resultará automática. Desde nuestro punto de vista, esto no sucederá a muy largo plazo –p.e. en los próximos 100 o 200 años como algunos defensores del status quo preferirían– sino probablemente alrededor de 2050; y ello porque, de acuerdo con proyecciones económicas razonables, basadas en la continuación de la Convergencia Económica actual, los países occidentales más importantes –liderados por EE.UU. – no tendrán ya en esa época ni las capacidades financieras suficientes ni el apoyo político necesario (interno o externo) como para ejercer de policía del Planeta, o para reorganizar “a su conveniencia” el nuevo Orden Económico Mundial requerido. Un nuevo Orden que –dado el negativo estado de cosas al que podría llegarse si se mantuviera el actual status quo– también favorecería relativamente a los PAI actuales, incluyendo a EE.UU.