Papeles Fútiles

Me gusta pensar en Bianki como un pequeño editor de cosas pequeñas, quizás porque en el verbo editar está la clave de su obra, que se edita a sí misma sin cesar, se retoma en cada pausa, como un relato que se está escribiendo desde hace mucho, un relato escrito en un alfabeto creciente, que se construye con lo que ya no, y con lo que tal vez sí, con recuerdos y con intuiciones. A veces se trata de una nota al pie del papel de un caramelo; otras, de ilustrar un poema en un diario; otras, de concebir una muestra en un espacio de arte; otras, de planear un libro. Pero siempre una sensibilidad visual que dibuja, decide, diseña, boceta, recorta, guarda, pierde, encuentra. Papeles fútiles es un trabajo realizado sobre viejos cuadernos de contabilidad cortados en una guillotina, cuya medida final es de 10.5 x 11 cm. Estos pequeños cuadernos son el soporte de múltiples ejercicios de experimentación volcados cotidianamente en más de cuatro mil páginas. Aquí se presenta una breve selección.